NARRACIÓN FICTICIA: MOVIMIENTO DEL 68´
Juan Gonzales Urrutia nos hace una narración acerca de cómo se desarrollaron los acontecimientos de ese año, culminando en la matanza de las 3 culturas.
Corría el año de 1967, éramos jóvenes estudiantes de la U.N.A.M y seguido teníamos enfrentamientos deportivos con los de Politécnico, esa mañana del 17 de mayo tuvimos una fuerte discusión con los del politécnico por una diferencia de puntos en el tablero del campo de futbol americano, mas sin embargo ese fuè uno más de los innumerables pretextos que se inventaron para echarnos a la policía y al ejèrcito, ya que muchos meses antes habíamos hecho manifestaciones en pro de la libertad de expresión respeto a los derechos humanos, que la mujer pudiera votar en elecciones libres, no a la censura en los medios de comunicación, en fin, nosotros estábamos plenamente convencidos de que el gobierno y su órgano represor no nos comprendía, tal vez por la lucha generacional que siempre se establece entre la gente adulta y uno como chavo siempre los veía como las personas que querían imponer su ley sin permitir que pudiéramos actuar bajo libre albedrìo.
Lo cierto es que el mero día de la balacera, cuando nuestros compañeros líderes estudiantiles hablaban por los micrófonos y nosotros nos encontrábamos sentados cerca del edificio chihuahua, empezamos a escuchar las ráfagas de fuego desde arriba de los edificios disparando unos hombres que llevaban guante y pañuelos blancos en las manos, en ese momento fuè cuando corrimos, convirtiéndose nuestro mitin de C.N.H. en un momento de desesperación, angustia, impotencia y porque no decirlo miedo y temor, fueron minutos en los que no sabías que iba a pasar contigo y tus compañeros las balas te pasaban silbando cerca de tu cabeza y demás partes de tu cuerpo, yo me tropecé y caí cerca de algunos de mis compañeros muertos, en ese momento pasaron cerca de mí un pelotón de soldados, yo cerré los ojos toque el rostro de una joven estudiante bañada en sangre y me untè un poco de èsta para hacer mas creíble mi actus-mortis, a partir de ese instante perdí la noción del tiempo y fuè hasta como a las 5 de la mañana del otro día cuando nos trasladaron como a unos basureros en camiones del servicio de limpia pùblica y sacando los cadáveres con palas mecánicas, ya al estar ahí, en un descuido de los guardias me les escapè y sigo diciendo como aquella madrugada del 03 de octubre que fuì muy afortunado al salir ileso de aquella ratonera en la que nos habían encajonado para aniquilarnos como a bichos dañinos.
De lo que si estoy seguro y puedo decir es que mis ideales y convicciones nunca fueron quebrantados, tan es así que sigo en pie de lucha desde mi humilde trinchera.
